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miércoles, 18 de noviembre de 2015

Nuevas noticias del accitano Luis de Tena y Castro, primer presidente de la antigua “Generalitat de Cataluña”.



El 27 de enero de 2007, Ideal publicaba la noticia, a través de su corresponsal en Guadix Jesús Javier Pérez, en la que se informaba de la propuesta del Pleno del Ayuntamiento de Guadix para dedicar una calle a la memoria de Luis de Tena, rescatado del olvido. También escuché hablar de este personaje al escritor Joaquín Valverde Sepúlveda, en uno de los deliciosos desayunos de trabajo que hemos compartido. Por entonces yo trabajaba para la empresa Baratz catalogando libros antiguos en el Archivo Diocesano de Guadix, donde, actualmente, tengo el placer y el honor de trabajar de la mano de su director Don Manuel Amezcua Morillas.  Para mi sorpresa, un día me encontré con una obra de este intelectual del siglo XVI/XVII, se trata de Commentaria et disputationes in epistolam d. Pauli ad Hebraeos  (1612 )= Comentarios y discusiones sobre la epístola de San Pablo a los hebreos; un hermoso ejemplar en tamaño folio, forrado en pergamino, 1364 págs. y una espléndida portada de diseño arquitectónico.
¿Quién fue Luis de Tena y Castro? Según la obra de Don Luis de Salazar y Castro “Historia genealógica de la casa de Lara: Tomo III”, Luis de Tena  nació en Guadix, hijo de Juan Martínez de Tena y Juana Hernández de Castro (error en el nombre de la madre). Su padre Juan Martínez de Tena, fue Alcayde del castillo de La Peza durante la rebelión de los Moriscos en Granada. Fue Colegial en el Mayor de San Ildefonso de Alcalá de Henares, Catedrático de Prima de Teología en esa Universidad, Canónigo de San Justo y Pastor, Tesorero de la Iglesia de Guadix, su patria, Canónigo de escritura de la Iglesia de Toledo, Limosnero mayor de la reina de Francia y Obispo de Tortosa en el año 1616-1622.
Don Pedro Suárez, en su Historia del Obispado de Guadix y Baza nos dice que el doctor don Luis de Tena era hijo de Juan Martínez de Tena y de Francisca Gómez, vecinos de Guadix, colegial en el de Teólogos de Alcalá de Henares en 1579, y en el Mayor de San Ildefonso en 1583, donde fue rector de su Universidad, catedrático de Artes y de Teología en la de Escoto y después en la de Prima de Santo Tomás por los años de 1599 y siguientes (según refiere don Nicolás Antonio), siendo su ingenio y doctrina tan sobresaliente, que entre los profesores de su tiempo ninguno le igualó, limosnero mayor y confesor de la reina de Francia doña Ana de Austria, infanta de Castilla, mujer de Luis XIII, según lo refieren el Padre Quintanilla. Por el año 1612 fue promovido al Obispado de Tortosa y nombrado después por diputado general del principado de Cataluña…
Nunca hubiera conocido su origen y parentesco si no fuera porque hace unos días, haciendo búsquedas en la base de datos PARES del Ministerio de Cultura, tuve la suerte de encontrar unas pruebas de Limpieza de sangre y linaje, en las cuales se investiga su ascendencia. Las pruebas fueron realizadas por el Dr. Don Pedro de Orduña en 1582, para optar a una beca en el Colegio Mayor de San Ildefonso de Alcalá de Henares. En Guadix, son varios los testigos que declaran conocer a su familia: Pedro Muñoz (Familiar del santo oficio de la Inquisición), Lorenzo de Valencia (Organista de la Catedral de Guadix),  Pedro Giral (Racionero de la Catedral de Guadix), Juan Peláez de Aranda (Vecino de la Ciudad de Guadix), Nicolás de Monforte (Vecino de la ciudad de Guadix), Pedro de Herbás (Vecino de la ciudad de Guadix, Cristóbal Domedel (Vecino de la ciudad de Guadix), Juan Pretel (Clérigo Presbítero, Beneficiado de la Parroquia de Santa Ana de Guadix). Todos los testigos coinciden en las declaraciones, trascribo seguidamente parte de la declaración de Juan Pretel…
(Trascripción con grafía actualizada)
En veinte y tres del dicho mes y año tomé por testigo a Juan Pretel, clérigo y presbítero beneficiado en la parroquia de Sta. Ana de la ciudad de Guadix y vecino de ella y dijo ser natural de la ciudad de Baeza el cual, habiendo jurado en forma debida de derecho depuso lo siguiente.
A la 1ª pregunta dijo que tiene muy bien noticia de la Universidad de Alcalá  de Henares y del colegio mayor de ella y sabe que en el ay… colegiales porque muchas veces lo ha visto y conoce muy bien al licenciado Luis de Atenas desde que nació en esta ciudad de Guadix el dicho licenciado a quien ha tratado muchas veces en la dicha ciudad de Guadix y en la Universidad de Alcalá una vez pasando por allí.
A la 2º dijo que conoce a Juan Martínez de Atenas y a Francisca Gómez su mujer, padres del dicho licenciado Luis de Atenas a los cuales ha que conoce treinta y dos años poco más o menos porque en ella conoció doncella de poca edad en casa de su tía a Francisca Gómez, que se crio allí, y a él le conoció mancebo en esta ciudad de Guadix y sabe que los dichos Juan Martínez y Francisca Gómez no son naturales de esta tierra, porque sabe que ella es natural de Getafe, aldea de Madrid a donde ha conocido este testigo un hermano suyo y ha oído decir que el dicho Juan Martínez es de la Serena, de un lugar que se dice El Valle y ha oído también de este testigo que el dicho Juan Martínez tiene allí hermanos vivos y esto es lo que sabe acerca de esta pregunta.”
Más adelante, cuando las informaciones se recaban en el Valle de la Serena, en Extremadura, para averiguar el linaje de Juan Martínez de Tena, su padre, toman declaración al testigo Alonso García Caro, natural y vecino de allí, este declara:
“Que fue preguntado del conocimiento de Juan de Tena que vive en la ciudad de Guadix y de sus ascendientes, replicó que conoció muy bien al dicho Juan de Tena desde que nació hasta que se fue de su tierra, al cual trató muchas veces y ha oído decir que se casó en la dicha ciudad de Guadix y que ha residido allí y sabe este testigo que el dicho Juan de Tena es natural de este dicho lugar del Valle y como a tal lo ha visto siempre tener y tratar. Así mismo conoció este testigo a Francisco de tena y a Catalina Gómez, su mujer, los cuales sabe haber sido padre y madre del dicho Juan de Tena y abuelos por parte de padre del dicho Licenciado Luis de Tena, el cual ha oído decir este testigo, estudia en Alcalá porque sabe este testigo que el dicho Francisco de Tena fue casado dos veces, la primera con la dicha Catalina Gómez, en quien hubo por hijo legítimo al dicho Juan de Tena y a otros cuatro de los cuales al presente viven en este dicho lugar del Valle los tres, que se dicen Alonso de Tena, Beatriz de Tena y Catalina de Tena, y por tales hermanos del dicho Juan de Tena y todos hijos del dicho Francisco de Tena y Catalina Gómez…”

Así mismo, averiguan la ascendencia de la madre de don Luis de Tena en la villa de Getafe y toman declaración entre otros testigos a Lucas de la Marcha, que declara lo siguiente:
“Fue preguntado del conocimiento de Francisca Gómez que vive en la ciudad de Guadix y de sus ascendientes, respondió que conoció muy bien a la dicha Francisca Gómez siendo moza hasta que se fue de esta tierra a la cual trató muchas veces estando en casa de su padre, la cual ha oído decir que se casó en la ciudad de Guadix y que reside allí y sabe este testigo que Francisca Gómez es natural de Getafe porque como a tal la vio siempre tener y tratar de todos, y así mismo conoció a Francisco de Castro y a Juana Gómez, su mujer, los cuales sabe haber sido padre y madre de la dicha Francisca Gómez porque sabe este testigo que Francisco de Castro fue casado y velado con la dicha Juana Gómez, y durante el dicho matrimonio entre ellos tuvieron y procrearon por su hija legítima a la dicha Francisca Gómez, sin haber oído decir este testigo cosa en contrario. Y ha oído decir este testigo que Francisco de Castro fue de Castilla la vieja y no se acuerda de qué pueblo, y sabe que la dicha Juana Gómez, su mujer, fue natural de la villa de Getafe…”
De estas pruebas de limpieza de sangre también se sabe que la familia fue pobre, pues según declaran los testigos, su padre no tenía bienes con qué pagar sus estudios, a pesar de que procedía de un linaje de hidalgos. Uno de los testigos, el racionero Pedro Giral, declara:
“… Dice que sabe que el dicho Licenciado Luis de Tena es muy pobre y no tiene cosa ninguna de patrimonio ni renta eclesiástica, antes sabe este testigo que si un hermano de la dicha Francisca Gómez, su madre, que es clérigo y su cuñado, Juan Monte de Salcedo no le hubieran ayudado, no podría haber estudiado ni puede tampoco pasar adelante si no es con el favor y amparo de ellos, y esto es pública voz y fama…”

Pedro Suarez también nos cuenta que murió en 1622 y a su cuerpo se le dio honroso sepulcro donde se escribió el siguiente dístico:  “Hie nostrae aetatis, futurae et gloria, Thenae Paesulis ossa cubant, spiritus astra colit. Anno M.DC.XXII.”
Yolanda Gil Saura en su artículo “Algunas notas de la capilla de la cinta de la Catedral de Tortosa” nos habla también de Luis de Tena:
“Luis de Tena (1616-22)  natural de Guadix, fue un destacado escriturista, catedrático de teología y Sagrada Escritura en Alcalá, canónigo lectoral de la catedral de Toledo y diputado eclesiástico de la Generalitat en el trienio 1617-20. El obispo fundó la cofradía de la Cinta el 13 de enero de 1617, él mismo costeó el relicario de plata que tenía que albergar la reliquia, dispuso ser enterrado en la capilla de la Cinta y auspició la conclusión de las obras de la catedral.4 Según la tradición una primera capilla dedicada a la advocación de la Virgen de la Cinta estuvo situada en el claustro, en el ámbito vinculado a la antigua catedral románica; más tarde y antes de su ubicación definitiva la capilla se situó en la girola de la catedral gótica, tras el altar mayor. Esta es la capilla en la que decidió enterrarse el obispo y que sería descrita por Francesc Martorell en 1626 como “una capilla particular, cerrada por todas partes con reja, tras del Altar mayor de la Seo”.
Y estas son las cosas que he podido averiguar de otro ilustrísimo hijo de la ciudad de Guadix que, casi con seguridad, debió conocer a otro varón ilustre, el dramaturgo Don Antonio Mira de Mescua, por ser contemporáneo suyo y hombre de la Iglesia. No sé qué se hizo de esa decisión del Pleno del Ayuntamiento de bautizar una calle con su nombre. Si se llegó a hacer, bien hecho está, si no, es una deuda con tan insigne accitano.





sábado, 23 de mayo de 2015

El origen francés del apellido Barquier de Guadix, por CARMEN HERNÁNDEZ MONTALBÁN.

Iglesia de San Luis de Granada, Aljama de la Pureza

Los archivos diocesanos y concrétamente el Archivo Diocesano de Guadix, es una fuente inmensa de información para el conocimiento de nuestro pasado. En el campo de la genealogía son fundamentales, pues aparte de los archivos de los registros civiles, creados alrededor de 1870 (por tanto demasiado modernos), el catastro del Marqués de la Ensenada (1752) o los libros de apeos y repartos de suertes que se hallan en los distintos archivos históricos provinciales, sería muy difícil conocer los flujos y características de una población de no existir estos archivos.
Los libros parroquiales en que se registran los bautismos, matrimonios, confirmaciones y entierros, así como los expedientes matrimoniales en papel de toda la Diócesis de Guadix que comprende las comarcas de Guadix, Baza y Huescar, además de algunos pueblos limítrofes de la provincia de Almería que durante un tiempo también pertenecieron a nuestra Diócesis, y que guardan información desde principios del S. XVI hasta la actualidad, son fuentes documentales de las que se puede inferir gran cantidad de datos.
Mi incursión en el Archivo Diocesano como archivera y también como investigadora me resulta apasionante. En mi árbol genealógico hay un apellido que siempre despertó mi curiosidad: el apellido Barquier que perteneció a mi bisabuela materna, Doña Ramona Ruiz Barquier. La familia Barquier de Guadix, popularmente conocidos como los “Levitas” aquí, descienden todos de un mismo tronco común y su origen, como bien me dictaba la intuición, es francés. El primer Barquier que aterrizó en Guadix, lo hizo desde Granada, como bien lo dice la partida de bautismo más antigua que he encontrado de este apellido en nuestro archivo, contenido en el expediente matrimonial de Antonio Manuel Barquier Suárez:
“En la Ciudad de Granada, en cuatro días del mes de julio de mil setecientos setenta y nueve años, yo, don Esteban Valverde, teniente de cura de esta Iglesia Parroquial de San Justo y Pastor, bauticé solemnemente en ella a Antonio Manuel que nació el tres de dicho mes y año, hijo legítimo de legítimo matrimonio de Giraldo Barquier, bautizado en la Iglesia de San Gil, y de Francisca Suarez, quien lo está en la de Santa María Magdalena de esta ciudad. Fueron sus compadres Miguel Márquez y María Fernández, testigos, Gaspar de la Fuente y Juan de Robles…”
Después, telefoneé a mi compañera de profesión, Inmaculada Bertos Maldonado, archivera en el Archivo Histórico Diocesano de Granada para pedir que buscara la partida de Giraldo Barquier, el padre del niño de la partida anterior, sin una fecha concreta, en un rango de años aproximados en que yo creía que podía haber nacido y en la parroquia de San Gil y Santa Ana, esa iglesia tan bonita que está junto al río Darro, a los pies de la colina de la Alhambra. Inmaculada, que me atendió muy amablemente, fue muy eficiente y encontró la partida, inmediatamente me envió una copia literal de la misma que dice así:
“En la ciudad de Granada, en ocho días del mes de Agosto de mil setecientos cincuenta y dos años. Yo Don Salvador Malagón, Cura de esta Iglesia parroquial de Señor San Gil, bauticé en ella solemnemente a Giraldo Ciríaco, que nació hoy día de la fecha. Hijo legítimo de legítimo Matrimonio de Giraldo Barquier, natural del lugar de Bi, Obispado de San Flor, del reino de Francia y de Ana de Flores, natural de la villa de Montefrío, su mujer. Fueron sus compadres, Ramón de Capel y Doña María de Carvajal y testigos. D. Luís de Carvajal, Manuel Montenegro y Simón Baras, vecinos así mismo de esta Ciudad. Y lo firmé. Don Salvador Malagón.”
Así se confirmaron mis sospechas. Pero mi curiosidad no quedó satisfecha y comencé una búsqueda de documentación en la red que pudiera arrojar alguna luz sobre el origen de los franceses en Granada. Saint Flour es un municipio francés de 6.625 habitantes que pertenece al departamento de Cantal y la región de Auvernia (Centro sur de Francia), de esta zona, según he podido saber por un artículo de Emilio Benedicto Gimeno “Mercaderes y artesanos franceses en el sur de Aragón. La emigración en Calamocha, 1530-1791”, vinieron muchos franceses, atraídos por la inflación que sufrieron los precios y salarios en el siglo XVI tras la llegada de los metales preciosos americanos, por lo que resultaba de rentable trabajar en nuestro país, ahorrando un pequeño capital que luego gastarán en sus localidades natales. Desde Aragón, se fueron extendiendo después a otros lugares de nuestro país. Gran cantidad de tejedores, mercaderes, panaderos y sobre todo caldereros vinieron a asentarse en España, y el 96% procedían del departamento francés de Cantal. Pero el artículo que me ha aportado más información es el del profesor Luis López-Guadalupe Muñoz, director del Departamento de Historia Moderna y de América de la Universidad de Granada, su artículo “La hermandad de los franceses de Granada en el siglo XVIII". La Hermandad de San Luis Rey de Francia de Granada que estaba formada por una comunidad miembros de gremios distintos, cuyo origen era francés, estaba en el barrio del Albaicín, en la Iglesia de San Luis, consagrada al santo rey de Francia, posteriormente se bajaron al convento y religiosos de señor San Antón. El cambio se hizo, según el autor, porque una parroquia en la ciudad alta, no era el lugar más cómodo para una cofradía como aquella por sus ocupaciones artesanales y comerciales. Siendo la feligresía de La Magdalena de Granada, frontera con el Convento de San Antón, la que absorbería la cofradía. Doña Francisca Suárez, esposa de Giraldo Barquier, era de la parroquia de La Magdalena de Granada.
Se trataba de una agrupación social, tanto o más que religiosa, en la que se celebraba la ceremonia de presentación y aprobación de las cuentas de cada ejercicio. Dirigía la Hermandad el hermano mayor y el mayordomo, un escribano, un fiscal, un padre de ánimas, un vendedor de bienes y cuatro diputados. Estos cargos se renovaban cada año, en Cabildo celebrado al domingo siguiente de la festividad de San Luis. No bastaba con ser francés de nacimiento para ingresar en la hermandad. Nunca eran admitidos los “hombres de mala vida que andaran por tabernas y bodegones, casas de juego, matantes y acuchilladores, amancebados o frecuentadores de rameras…”. Los beneficios recibidos por los hermanos de la cofradía: la atención en caso de enfermedad, con visita y vela, si era necesaria del enfermo. El incumplimiento de este precepto llevaba aparejada la pena de “una libra de cera y dos reales para una misa de salud o de alma por el tal enfermo”, tenían derecho a que los demás hermanos asistieran a su entierro, a una misa en altar privilegiado de ánimas, a la misa de cuerpo presente, a oraciones por su alma y a diecisiete misas rezadas. Estos mismos servicios se prestaban a las esposas e hijos de los cofrades.
El nombre de pila de nuestro Giraldo Barquier fue castellanizado, he sabido más tarde que su nombre era Geraud Vaquier, de la comuna de Vic Sur Cere (departamento de Cantal). Queda esclarecido por tanto el origen de este apellido, que también es uno de los míos.







sábado, 11 de abril de 2015

Los últimos Austrias en Guadix, por CARMEN HERNÁNDEZ MONTALBÁN.


Caminante, ésta que ves
casa, no es quien ser solía;
hízola al rey mancebía
para convento después.
Lo que un tiempo fue y lo que es,
aunque con rojo señal
y título en el umbral,
ella lo dice y enseña
que casa en la que el rey empreña
es la “Concepción Real”.

(Escrito anónimo al Convento de la Concepción en la Calle de Alcalá de Madrid)

Desde que Sergio Antonio Rodríguez Sánchez escribió en 2001, en la revista Nieve y cieno, el artículo “Un canónigo de la Catedral de Guadix era hijo de Felipe IV” ha corrido la tinta sobre el asunto: Antonio Enrique y su novela “La espada de Miramamolín”, el artículo “Sangre de reyes” que escribí yo misma para Wadias e Ideal, el artículo interesantísimo de Sergio Antonio Rodríguez Leyva "La madre del canónigo Austria", en la revista Nieve y Cieno, Marcelo Miranda Rivas con su artículo "Nuevas luces acerca de Carlos Fernando de Austria", publicado también en Nieve y Cieno, además del artículo de Rafael Aguilar “Testamento de Carlos Fernando de Austria” publicado en el Boletín Real Academia de Bellas Artes.
El interés que el asunto ha suscitado entre los accitanos y descendientes nos ha impulsado a investigar e ir completando información sobre la vida del canónigo. Sabemos que el rey, como muchos monarcas, fue muy animado en asuntos de alcoba, y prolífico en hijos bastardos, entre los que se cuentan a Juan José de Austria, hijo de Felipe IV y de una afamada actriz conocida como “La Calderona”, o Fray Alonso de Tomás, que tuvo con una dama de la reina Isabel de Borbón: Constanza Orozco, entre otros. Fue guarda mayor de las damas de la reina, la madre de Carlos Fernando de Austria, doña Casilda Manrique de Luyando y Mendoza. Entre los ilegítimos se cuentan hasta treinta, aunque sólo se conoce el nombre de unos cuantos:
Don Francisco Fernando Isidro de Austria (Madrid, 1626 – Isasi, 12 de marzo de 1634), fruto de los amores del rey con la hija del Conde de Chirel. Este fue el primero, que murió a los ocho años de edad y enterrado en el Monasterio del Escorial.
Ana Margarita, otra hija de la que se desconocen las fechas de su nacimiento y muerte, entró como religiosa agustina en el Real Monasterio de la Encarnación de Madrid.
Don Alonso Antonio de San Martín, habido con Doña Tomasa Aldana, dama de la reina Isabel de Borbón, religioso que llegaría a ser Obispo de Oviedo y más tarde de Cuenca, en cuya catedral se halla enterrado.
Fray Juan del Santísimo Sacramento (Juan Cossío), religioso de la Orden de San Agustín, autor del libro: “Vida del Venerable Siervo de Dios Vicente de Paul, 1701.
Don Fernando Valés, fue gobernador de Novara y General de Artillería del Estado de Milán hasta su muerte en 1702. El rey lo tuvo con Ana María de Uribeondo.
Doña Luisa de Orozco Calderón, También hija de María Inés Calderón “La Calderona” y por tanto, hermana de Juan José de Austria. Fue abadesa del Valfermoso.

Teniendo en cuenta la abundancia de hijos ilegítimos que fueron religiosos y religiosas, tan sólo se tiene noticia de la descendencia de Carlos Fernando de Austria que casó dos veces: la primera con Isabel Garrido Muñoz, de Cuenca, con la que tuvo a su primer hijo Francisco Fernando de Austria, que fue religioso agustino calzado de la Provincia de Castilla. Carlos Fernando queda viudo en 1665, y transcurrido un año, vuelve a contraer matrimonio con Francisca Díaz de Lavandero y Córdoba. De este matrimonio nacen dos hijos, Mariana (1668), que lleva el nombre en honor a la reina Mariana de Austria, segunda esposa de Felipe IV, y Antonio Fernando de Austria que fue monje trinitario en el convento de la Santísima Trinidad de Calzados de Córdoba. Carlos Fernando, de nuevo viudo en 1675, es cuando pidiendo ayuda al rey, se ordena sacerdote y se traslada a Córdoba, a la Iglesia Real y Colegial de San Hipólito, donde ocupa una canonjía. Finalmente, en 1690 es trasladado a Guadix, a donde le acompaña su hija.

Mariana de Fernando de Austria, tal como aparece en la documentación que pude localizar en el Archivo Diocesano y Capitular de Guadix, sería la que iniciaría la descendencia de los Austrias accitanos. Contrae Matrimonio en 1694 con un caballero de una hidalga familia accitana, Don Juan Manuel de Cea y Carvajal. A esta familia perteneció el conocido Cortijo de Cea, por el que Mariana pleitea en un documento, a favor de su hija Francisca de Cea, cuya descendencia llega hasta nuestros días. Descendientes de Carlos Fernando de Austria son: Juan Miguel Giménez Miranda, Marcelo Miranda Rivas, Sergio Antonio Rodríguez Leyva, Carmen Machado Miranda, Antonio Medialdea Miranda, por nombrar algunos conocidos y amigos. Todos personas sencillas cuya actividad profesional es muy variopinta, contemporáneos y paisanos nuestros, tal vez los únicos descendientes en línea directa de aquella dinastía que durante un tiempo, gobernaron un imperio por donde nunca se ponía el sol.