Translate

domingo, 18 de febrero de 2024

La hechicería en Guadix y Comarca, por Carmen Hernández Montalbán.


 


En el Archivo Histórico Diocesano de Guadix existen numerosos casos de denuncias por hechizos que fueron competencia de la Fiscalía eclesiástica. Estos pleitos se circunscriben sobre todo a los siglos XVI, XVII y principios del siglo XVIII. 

La mayoría de las encausadas son mujeres. El hecho de ser la mujer el punto de mira de este tipo de delitos, tiene en parte su origen en la visión ancestral de la hembra como ser estrechamente ligado a las fuerzas de la naturaleza, por su capacidad de concebir una nueva vida; una parcela en la que el mundo de los hombres, todavía, se mantiene ajena o distante. Pero también existe un alto componente machista al considerar que la mujer es un ser embaucador desde el punto de vista sexual, eximiendo de toda responsabilidad a su compañero varón de tal suerte que, la hembra merece ser objeto de todo tipo de vigilancia preventiva. 

Otro factor que interviene en estas denuncias es el religioso, especialmente en el Reino de Granada, tras la recientísima guerra por la rebelión de los moriscos y el traumático proceso de aculturación que sufrió esta población que aún continuaba practicando en secreto la suya.

Presentamos aquí varios casos: uno de ellos el de La "caba" de Bracamonte en 1592, veamos que todavía se llama con la palabra árabe: "caba" para referirse a la casa o cabaña de una familia. Vemos en este caso cómo el hombre aparece envuelto en hechizos de mano de las mujeres...

"En la ciudad de Guadix a nueve días del mes de mayo de mil y quinientos noventa y dos años el Ldo. Juan Andrea de Andrada, vecino de esta ciudad pareció ante el Dr. Juan de Arroyo Pulgarón provisor de este obispado del [...] recibió juramento en forma de derecho y habiendo jurado dijo que a su noticia ha venido que en la Iglesia Mayor de esta ciudad= se ha leído el edicto de pecados públicos y por descargo de su conciencia y no incurrir en la excomunión dijo que el día de la Ascensión que ahora pasó jueves en la tarde que se contaron siete de este presente mes estando con Damián Pérez de Villací y Bolaños vecino de esta ciudad hablando de los hechizos que dicen vieron junto a la caba de Bracamonte le dijo a este que declara el dicho D. Damián posible el ser falso testimonio yo tengo recelo del término de la dicha Bracamonte porque yo trataba con Catalina Marín que dijo la susodicha Catalina Marín que la dicha Bracamonte y su hermana de la dicha Catalina Marín Francisca Díaz, y por capitana Juana Díaz, vecina que fue de esta ciudad y amiga que dice fue de Gregorio de Siles, escribano, iban al campo adonde poniéndose en una encrucijada de caminos, y llevando un corazón de ave negra, esperaba que diera la hora de las doce, y hacían un hoyo en la tierra, y lo enterraban y después volvían otra noche a la propia hora, y abriendo el dicho hoyo decían las susodichas. Según que la dicha Catalina Marín dijo al dicho D. Damián, que hallaban cierto papel, en que eran avisadas de lo que pretendían.

Item dijo el dicho D. Damián a este que declara que teniendo el dicho D. Damián la amistad de la dicha Catalina Marín le dijo al susodicho no tema que mis hermanas os hagan mal por que mi hermana Francisca Díaz tiene una imagen del bulto cortados los brazos y atados, con mucha candelilla encendida dice cierta oración en que pide que así como la dicha imagen está sin brazos y lo aten sin fuerza para hacerle mal al dicho D. Damián los que hacer pretendieren.

Item dijo el dicho don Damián a este que declara que la propia Bracamonte le dijo que estando amancebado Sebastián de Vargas con Ana Marín vio la dicha Bracamonte que una noche estando acostado el dicho Sebastián de Vargas en casa de la dicha Ana Mª, sacó la susodicha un cierto bote de su arca y untó las costuras  de la ropilla del dicho Sebastián de Vargas sin que él lo viese y que entendía la dicha Bracamonte eran hechizos=

Firmas y rúbricas"

 




Más claramente se puede ver en el segundo de los ejemplos, en el que la justicia eclesiástica interviene contra Elena Sánchez, morena y vecina de Guadix sobre hechizos. Acusada por Juan Francés, el hombre con el que vive públicamente amancebada de hacer hechizos, conjuros y ligamientos para impedir que se case con Isabel de Porras a la que tiene dada palabra de casamiento... El propio Juan francés, una vez casado con Isabel de Porras, acusa a su amante, Elena Sánchez de servirse de estos hechizos para impedir que pueda consumar el matrimonio con su legítima mujer y aborrecerla, como dice había ocurrido...,
Declara también que esta, después de tener con él trato carnal y habiéndole contado su imposibilidad de consumar el matrimonio con Isabel de Porras, le había persuadido de aplicar un remedio agresivo en su genitales; posiblemente, llevada más por los celos que por otra cosa...






No menos curiosa es la denuncia contra Catalina López, vecina de Jérez, por hacer hechizos y conjuros con candelillas, el 12 de marzo de 1705. En él, el beneficiado Diego Ortiz, comparece ante Manuel Amezcua Fajardo, canónigo de la Sta. Iglesia Catedral, para hacerle saber cómo Catalina López, vecina de Jérez del Marquesado, está en una situación de gran peligro de su ánima y conciencia de mucho tiempo a esta parte por hacer hechizos, conjuros, encantos y supersticiones con candelillas. En el pleito declara Catalina Díaz, mujer de Alonso Vicente y vecina de Jérez que dice: "Que lo que sabe y pasa es que habrá cinco o seis años poco más o menos que estando esta testigo una noche entre las ocho y las nueve en su casa hilando se asomó María de Gracia, hija de esta a una ventana que daba a una placeta junto a la casa de Catalina López, vecina de esta villa y vio claridad de lumbre y entonces llamó a esta testigo y dijo: mire madre, que Catalina López está allí con lumbre, he visto hacer un cerco y luego por la mañana a otro día se levantaron y fueron al lugar donde Catalina López estaba con la lumbre y hallaron tres cercos redondos en el suelo del tamaño de un arco de cedazo en el lado que hace donde se pone el sol y estaba hecha una cruz por todo el cerco muchos punzones como hechos con cuchillo por todo el campo del cerco... y que por el verano pasado, no se acuerda esta testigo si fue en el mes de julio o agosto o entrante o fin de dicho mes, le dijo su hija a esta testigo que había visto aquel día a Catalina López en pie en contra del aire que corría que lo hacía recio echar tres paso hacia delante y soplar unos polvos que traía en el último paso arrojarlos todos del papel y que acabado de hacer esto, la dicha Catalina López volvió la cara hacia donde estaba la hija de esta testigo y que se había desfigurado de que la hubiese visto y que así mismo, esta testigo había visto a la dicha Catalina López ponerse de cara al sol hincada de rodillas llorar muchas lágrimas, rezar y decir unas palabras que esta testigo no sabe las que son... Y que así mismo, había oído decir a Magdalena de Mora, mujer de Bartolomé de Campos vecino de esta villa y a María de Jesús mujer de Lucas de Madrid, albañil,  que un Jueves Santo, la dicha Catalina López,  había tomado la primera moneda que se ofreció en la iglesia porque decía que era muy grande reliquia y había dado otra por ella del mismo valor y que la noche que dijo esta testigo que Catalina López hizo los cercos fue viernes en la noche y esto es lo que sabe. Y que por el juramento que tiene hecho esta testigo es de edad de cuarenta y cinco años. Y dice esta testigo que ha visto muchas veces a Catalina López en partes escusadas donde no la pueda ver nadie y esta testigo la reprendió que teniendo imágenes en su casa que para qué rezaba hacia aquel lado en aquellas partes..."

Todo el mundo sabe que los musulmanes orientan sus rezos en dirección a la Meca...

jueves, 20 de abril de 2023

POETASENETAS, CRÍTICOS Y MERCADERES, por Carmen Hernández Montalbán.

 


Se acerca el Día del Libro y este año, ya prácticamente quitadas las legañas de la pandemia del Covid-19, comenzamos a organizar la gran fiesta: ferias, recitales, presentaciones, lecturas, firmas…, fastos pomposos alrededor de ese objeto prodigioso cuyo origen se retrotrae a la noche de los tiempos. Y lo que nació como un raro milagro y tuvo sus antecedentes en lo que no tiene forma: la palabra trasmitida oralmente, en nuestro siglo XXI ha alcanzado unas dimensiones desmesuradas.

El libro en papel, ciertamente, sigue manteniendo su apariencia misteriosa: es un objeto cerrado a modo de cofre que guarda entre sus páginas un mensaje que se anuncia con un título más o menos sugerente y una ilustración más o menos estética en la portada. Los editores e impresores las han ido reformulando a lo largo del tiempo; hay quien las prefieren de diseño sobrio, atendiendo a la máxima de “menos es más” (no siempre cierta), y quienes los convierten en verdaderas obras de arte. En el primer caso, el gancho está: o bien en el nombre del autor, reconocido o consagrado, o en el título; una palabra o frase con la suficiente fuerza o capacidad sugestiva para que el lector se deje subyugar. En el segundo, la fuerza iconográfica y plástica cobran protagonismo, y llegan a resultar irresistibles a la vista. Estos trucos comerciales son ciertamente efectivos.

Pero lo verdaderamente importante para el lector es no sentirse decepcionado con su elección, pues el contenido, el mensaje y la pericia en transmitirlo es lo que en verdad nos hace merecedores a los autores de su reconocimiento. Lo demás es HUMO.

Sin embargo, hoy día, como en muchas otras cosas, el mercado, ya sea en su vertiente material o intelectual, se adueña del fenómeno literario y desvirtúa su sentido más profundo. Porque también en esto de la literatura hay mucho intermediario. Por un lado los mal llamados editores que hoy en día han proliferado como la peste. Estos, que han puesto “ojo avizor” a tantísimo postulador a poeta o narrador, han advertido su oportunidad de lucrarse y ya no hacen distingos entre lo que es una buena historia o un buen poema. Si la obra tiene calidad o no es algo que los deja indiferentes a la gran mayoría. El beneficio económico prima en estos casos: si el autor tiene dinero para pagarse su edición o accede a hacerse cargo de un número de ejemplares a través de la venta en presentaciones, etc., los alumbran al mercado, si no, ya es “otro cantar”. Los autores, la mayoría de las veces, nos dejamos arrastrar por nuestro ego y caemos en sus redes. Cuando uno tiene poca experiencia en estos tejemanejes, se deja obnubilar por la posibilidad de ver su obra en letra impresa y se deja timar; algunos nos hemos sorprendido de que la editorial en cuestión ni siquiera emita un informe de la obra. Más tarde, cuando recibes la prueba de “galeradas” para revisar el texto, te das cuenta de que el supuesto editor no ha hecho una revisión seria de la obra y espera que tú mismo te corrijas y hagas su trabajo… Hay otras que prometen la promoción de tu libro y luego no mueven un dedo en ese sentido o recurren a fórmulas trilladas que tú mismo puedes realizar sin recurrir a ellos y pagarles encima.

Si hablamos de los intermediarios intelectuales, es decir: los críticos, agentes culturales, etc. Nos encontramos con los proxenetas que opinan, denostan, silencian, encumbran, sin un criterio objetivo, la mayoría de las veces, a los escritores. Se dejan mercadear por la política, el reconocimiento social, la frustración; ya que gran parte de ellos no tienen talento o nunca han escrito un poema. Estos se dejan llevar por las modas del momento, no se mojan con autores nuevos, premian a los ya premiados. Claro, así no se pillan los dedos… (A su parecer). Otorgan y obtienen dádivas del mundo político y editorial, en definitiva: “manejan el cotarro”.

Los escritores, especialmente aquellos que no somos muy conocidos, nos convertimos así en meretrices de todos ellos colmándolos de alabanzas, haciendo de satélites de sus noticias en redes sociales y sus opiniones, sintiéndonos marginados si no aparecemos en una antología o no participamos en un recital organizado por los “próceres”, publicando nuestras obras que en algunos casos adolecen de talento, calidad o no dicen nada, revistiendo el lenguaje de una pompa culterana que aburre a las ovejas… en una hemorragia de ego que deja fuera de juego a los verdaderos catalizadores: los lectores.

Si la literatura es el arte de la expresión escrita o hablada, si el ser escritor o poeta es algo más que encadenar frases o componer ripios…, es tener eso que se llama “duende”… y haberlo desarrollado y demostrado… ¿Para qué tanta pirotecnia y fuegos fatuos si será el lector, en su acto íntimo de lectura quién te asigne tu lugar?

viernes, 14 de abril de 2023

El médico accitano Melchor Marín Alférez, por Carmen Hernández Montalbán.

Entre los documentos que custodia el Archivo Universitario de Granada, se encuentra uno que llama mi atención por su antigüedad y relación con Guadix: el certificado de haber cursado la cátedra de Aforismos correspondiente a Melchor Marín Alférez, natural de Guadix, Granada. Don Melchor, era estudiante de Medicina y obtuvo su certificado en 1644, siendo Rector don Francisco de Lara. 

Según apunta el Dr. José Gutiérrez Galdó, en su artículo "La facultad de medicina de Granada en los siglos XVI y XVII", el día 26 de septiembre de 1533, se convoca por edictos públicos una Cátedra de Aforismos de Hipócrates, dotada con veinte ducados al año; dos años después de la fundación del Colegio Imperial de San Miguel por Carlos V, con Bula de Papa Clemente VII, dando lugar así a la Universidad de Granada. El mismo autor señala que en 1653, era profesor de dicha cátedra el Dr. D. Juan Abad. 

Hipócrates fue el fundador de la medicina clásica. El término aforismo fue utilizado por primera vez por Hipócrates como una serie de proposiciones relativas a los síntomas y al diagnóstico de enfermedades. Los aforismos de Hipócrates completan el Juramento Hipocrático, y todo ello, constituye la guía de la conducta médica. Han sido considerados durante mucho tiempo, y aún siguen siéndolo, “la Biblia de los médicos”.




La familia Marín Alférez era una familia oriunda de Baza de las élites moriscas. El doctor, según su partida de matrimonio, era hijo de Luis Marín Alférez y Mariana Salido, ella de Guadix. Los Salido ostentaron oficios de jurados, escribanos y regidores. Fueron hermanos de Melchor el Mercader don Diego Marín Alférez y el Jurado don Jerónimo Marín Alférez; de este último existe en el Archivo de la Universidad de Granada un documento que atestigua que cursó estudios de leyes.





El Dr. Melchor casó en la Parroquia de San Nicolás de Granada, en primeras nupcias con doña Gabriela León y Hermes en 1650. También doña Gabriela pertenecía a una familia de origen morisco, hija de don Juan de León y de doña Jerónima de Hermes. Pero este matrimonio no duró mucho y pronto, en 1668, contrae nuevas nupcias con doña Antonia de Chaves, hija de Isidro de Chávez e Isabel Enríquez, perteneciente también a las élites moriscas. Estos serían bisabuelos de los pintores granadinos Marín Chaves, de los que la Profesora de la Universidad de Granada, doña Ana Gómez Román, trata en un interesante artículo titulado: "Polifacetismo y productividad de los talleres familiares de pintura de Granada en el siglo XVIII".


jueves, 16 de junio de 2022

Proceso de fe del morisco de Alcudia de Guadix, Angel Juan Hazizi

 


 No deja de sorprenderme la gran cantidad de personajes de esta tierra que podrían convertirse en héroes de novela de aventuras. Uno de ellos es el morisco Ángelo Juan Hazizi de Alcudia de Guadix, al que se le siguió por dos veces un proceso inquisitorial en Palermo (Sicilia) en 1570 y 1571. Dicho proceso, está disponible en el Archivo Nacional, dentro de la sección de Procesos del Tribunal de la Inquisición. para quien tenga interés en ver el documento digitalizado y no se conforme con la primera página que aquí muestro puede acceder a él, aparece con la signatura: INQUISICIÓN, 1748, Exp.26. He leído las diez primeros folios y la verdad es que me pareció tan interesante como novelesco.

El proceso, como ya hemos dicho, tiene lugar en Palermo, y los inquisidores que participaron en el proceso fueron: Juan de Retana, Inquisidor Mayor de Sicilia y Arzobispo de Mesina; Juan de Bezerra y de la Cuadra y Juan de Quintanilla, visitador general de todas las inquisiciones del reino de Nápoles.

En aquel clima de piratas berberiscos y turcos que tan bien conoció y vivió nuestro grande de las letras, don Miguel de Cervantes Saavedra, por su participación en la Batalla de Lepanto, Ángelo Juan Hazizi, declara en 7 de marzo de 1570: 

[ortografía actualizada]

"... dijo se llama Ángelo Juan de Hazize, natural de Alcudia en el Reino de Granada de más de veinticinco años, marino. Hijo de Juan de Hazize, de Granada y Catalina, cristiana de mora, tejedores de paños. Abuelos paternos no los conoció ni a los por parte de madre ni padre. Hermanos, Hernando caballero de la Cruz de Malta, patrón de un bajel de veinte barcos, de treinta años; Pedro Hazis, tejedor de velludo, está en Granada; Antonio Hazize, soldado en casa del Marqués de los Vélez; hermanas, Jerónima, Catalina, María, doncellas.

Preguntado si es cristiano bautizado dijo que sí y nació en Alcudia, si sabe las oraciones de la Iglesia, dijo que no las sabe pero que las ha oído decir y no se acuerda ni sabe. Que sus padres ni ninguno de los suyos hayan sido reconciliados ni penitenciados por el Santo Oficio. Dijo que estuvo en Alcudia con su padre hasta edad de siete años y que estando en Almería con un su pariente fue tomado de turcos en un jardín y lo tomó Aluchalí que andaba con dos bajeles y lo llevó en Argel y luego lo retase y lo hizo renegar y decir aquellas palabras [Le hila la Mahomet...] y le metieron nombre de moro Abdhacici y lo vistieron de turco y le enseñaron el [anduzhala] y otra oración morisca, y se lavó a la usanza de moros e hizo [el Zala] en la mezquita con ellos y el Ramadán, no comiendo en todo el día hasta la noche la primera estrella, y hasta la mañana hacia el [zahor] pero que nunca se había casado con mora y estas ceremonias las ha hecho muchas veces creyendo que son buenas para salvarse el anima, como se lo decían los turcos y estando en este redito hasta que andando en una galeota por comito donde estaba un padre religioso, que le dijo que se tornase a su ley y entonces puso en su fantasía de huirse y esto habrá tres años. Y después fue en corso con su patrón por diversas partes y hizo escapar muchos cristianos que eran esclavos en Barcelona, uno que era de rescate de mil escudos y otros dos que eran de los que se perdieron con el conde de Alcaudete y después un [liporoto?] que está aquí entra a la Pantanalea, y si no fuera por un renegado alzara una galeota que estaba en Susa hará un mes que lo tenía concertado con sus tres cristianos que son estos mismos que ha traído aquí, que el uno se llama Antonet y el otro Jerónimo, y el otro Bartolomé los cuales se han venido juntos en una barca de cuatro bancos en la cual ha traído cinco moros y un renegado que iban a la mahometa y este confitente pasó en ella como pasajero y después se alzó con ella, y en ella venía un moro que le ayudó porque venía con propósito de tornarse cristiano. Y como fueron treinta millas a mar se alzó con la barca y con los moros entre él y sus cristianos y con la ayuda de Brahen fueron a la Pantanalea y el gobernador les hizo mal tratamiento y les tomaron la ropa que traían y el bajel. Este confitente lo presentó a Ntra. Señora que lo tenía prometido pro su devoción, y de allí vinieron a Marsala y de allí a Palermo a pedir reconciliación a este Santo Oficio estante que fue preso pequeño y le hicieron renegar por fuerza y creer las ceremonias y opiniones suyas, y que después, habiendo habido comodidad se había huido y quería vivir como cristiano y morir en la fe de Dios."

En el proceso fue admitido a reconciliación con confiscación de bienes, los que quedaron en poder del inquisidor Quintanilla. 

En el segundo proceso declara un noble llamado Jerónimo de la Cerda, quien había venido de Messina [Mecina], con su primo Nicolás Crespo, haría unos nueve o diez días y que se había encontrado con Abdhazi (Ángelo Hazizi), a quien conocía, y que con gran alegría de verse en esta ciudad, le preguntó el motivo de su estancia en Palermo a lo que Abdhazi le respondió que había venido con tres o cuatro cristianos y cinco moros a reconciliarse en la dicha ciudad. Pasados dos días, que era día de San Marcos, los tres fueron a comer alcachofas a unos jardines y don Jerónimo le preguntó en turco, por qué se había bautizado siendo hijo de moros, que no tuviera miedo en confesarle la verdad, pues su primo no sabía turco y que este le ayudaría en todo cuanto pudiese. Abdhazi le contestó que había venido con licencia de Aluchali, renegado griego que era gobernador de Sobrazan, para ir a Tripoli a ver a sus esclavos cristianos que tenía, al llegar a Susa, en Túnez, se encontró con una fragata en la que estaban unos esclavos cristianos y un renegado que los llevaba a tierra de moros y se embarcó con ellos. Llevaban en dicha fragata cerca de un quintal de pimienta y tela..., viendo que los cristianos hablaban entre ellos que quería venirse a tierra de cristianos, se vino con ellos y que con el dinero de unos moros se cobraría los dineros que estaban en poder del Inquisidor Quintanilla y con ese dinero pensaba rescatar a un esclavo que estaba en la galera patrona, llamado Musso Laraiz...

Vemos cómo las declaraciones de Ángelo Hazizi van fluctuando según sus intereses por lo que no habría de tratarse de un renegado cualquiera y que oficiaría de espía en muchas ocasiones. Que hacía rescate de cautivos para llevarlos a Argel...

Es una historia interesante para seguir investigando sobre la identidad de Hazizi, que en este segundo proceso fue condenado a la pena de muerte.

    

viernes, 1 de octubre de 2021

ACTA DEL TRASLADO DE LOS RESTOS DEL MAESTRE DE CAMPO ACCITANO DON LOPE DE FIGUEROA Y BARRADAS (trascripción de Carmen Hernández Montalbán).

 


Durante este fin de semana tendrán lugar en Guadix las actividades en conmemoración de 450 Aniversario de la Batalla de Lepanto y homenaje a Lope de Figueroa que organiza la Infantería de Marina en acuerdo con el Ayuntamiento. Una de ellas será la ofrenda floral al Capitán y Maestre de Campo accitano, don Lope de Figueroa y Barradas cuya sepultura se halla en la capilla mayor del extinto convento de San Francisco de esta ciudad. Él dejó dispuesto que sus restos fueran depositados en su ciudad natal por medio de su testamento. Junto al mismo está el acta que relata el traslado de su cuerpo a Guadix. Seguidamente lo trascribo con ortografía actualizada para su mejor comprensión: 

En la Ciudad de Guadix a diez días del mes de marzo de mil y quinientos ochenta y seis años, el Ilustrísimo Señor Doctor Dionisio de Melgar canónigo juez provisor y vicario general en esta Santa Iglesia y Obispado de Guadix por el muy Ilmo. Sr. don Juan Alonso de Moscoso obispo de esta iglesia […] digo que por cuanto el Ilmo. Sr don Lope de Figueroa comendador de la encomienda de bastimentos del Campo de Montiel y capitán general de la costa de este reino de Granada y maestre de campo general por testamento que otorgó en la villa de Monzón de Aragón en  diecisiete del mes de agosto del año pasado de quinientos ochenta y cinco que pasó ante Juan de Artieta [escribano] debajo de cuya disposición falleció y pasó de esta presente vida mandó que fuese traído al entierro de sus padres en la capilla mayor del Monasterio del Sr. San Francisco extramuros de esta ciudad y que el Capitán Miguel Ferrer […] testamentario ha llegado a esta ciudad con los huesos del cuerpo del dicho don Lope los que han de llevar al dicho entierro y no trae testimonio de la saca y entrego de ellos del depósito donde fue sepultado el dicho cuerpo en la dicha villa para que en todo se sirva Nuestro Señor y se administre justicia hacer información de cómo los dichos huesos son del susodicho y que se traiga ante vtra. Merced el dicho testamento para lo cual se hizo en la forma siguiente y lo firmo:

[Firma] Dionisio de Melgar                [firma] Marco Antonio Figuera not.

 

Tº [Testimonio]

Para la dicha información se recibió juramento en forma de derecho del Capitán Miguel Ferrer estante en esta ciudad so cargo del cual prometió decir verdad y siendo preguntado al tenor del […] dijo que el Señor don Lope de Figueroa que esté en Gloria fue Dios Ntro. Señor servido de llevarse de esta presente vida el cual murió día de San Agustín último que pasó del año ochenta y cinco en la villa de Monzón estando en cortes con Su Majestad el cual por su testamento fuese depositado en el Monasterio de San Francisco de dicha villa y que sus huesos fuesen traídos a esta ciudad al enterramiento de sus padres y abuelos y que uno de sus testamentarios fue y es el [testigo] y a quien particularmente advoca y encarga el traer de sus huesos a esta ciudad y que en efecto el dicho señor don Lope fue depositado en su ataúd en el dicho Monasterio del Sr. San Francisco de la dicha villa de Monzón y en la sepultura y bóveda de entierro de sus parientes y deudos de este testigo y que al cabo de tres meses de su entierro este testigo como tal testamentario para cumplir con efecto el dicho testamento hizo sacar de la dicha bóveda y entierro el cuerpo del susodicho y se puso fuera de la caja en un aposento e celda del dicho monasterio y se aderezó hasta que la carne del todo estuvo consumida y los huesos limpios para poderlos traer a esta ciudad y así los puso como habían de venir y que el guardián del dicho monasterio se los entregó a este testigo como persona conocida y que no era menester más recaudo el cual los tomó en su poder y los ha traído a esta ciudad desde la dicha villa de Monzón nunca desamparándolos de si y que en el aposento y posadas donde llegaba este testigo los ponía y hacia poner dentro de su propio aposento donde él dormía hasta que llegó a esta ciudad y los ha entregado al señor don Fernando de Barradas hermano del dicho don Lope y que realmente son estos los huesos de dicho don Lope los que están en un ataúd pequeño cubierto de luto con su cruz colorada y que están en la iglesia parroquial del Sr. San Miguel de esta ciudad para los traer a San Francisco y el dicho ataúd se ha abierto y el dicho señor don Fernando ha conocido los dichos huesos son del dicho su hermano y que esta es la verdad para el juramento que ha hecho y dijo ser de treinta y cuatro años y lo firma de su nombre.

[firma] Miguel Ferrer                 [firma] Marco Antonio Figuera not.

 

El dicho mes y año dichos se recibió asimismo juramento en forma de derecho para más información de lo susodicho del muy […] señor don Fernando de Barradas vecino de esta ciudad so cargo del cual prometió decir verdad y siendo preguntado dijo que sabe que los huesos que el dicho Capitán Ferrer ha traído a esta ciudad como albacea que quedó del señor don Lope de Figueroa su hermano de este testigo son realmente los huesos del señor don Lope porque este testigo los había visto y en cosas particulares y heridas y señales de su rostro que tenía el dicho su hermano ha conocido ser suyos los dichos huesos y esta es la verdad para el juramento que ha hecho y dijo ser de cincuenta años y aunque realmente es hermano del señor don Lope no ha dejado de decir verdad y lo firmó.

 

[Firma]Hernando de Barradas               [firma] Marco Antonio Figuera not.


Acta anexada al testamento que hizo don Lope de Figueroa en Alexandría de la Palla a 13 de diciembre de 1577. Archivo Municipal de Écija. (Leg. 332, doc. 16, f 2v).

martes, 9 de febrero de 2021

La pintora del siglo XVII Mariana de la Cueva y Benavides era accitana, por CARMEN HERNÁNDEZ MONTALBÁN.

 

Partida bautismal de doña Mariana de la Cueva y Barradas


He tenido noticia recientemente de que el Museo del Prado ha incorporado una pintura de la pintora del S. XVII, doña Mariana de la Cueva Benavides y Barradas. Se trata del Oleo "San Francisco arrodillado en meditación", con clara influencia del Greco, aunque con algunas variantes. 

San Francisco arrodillado en meditación, oleo sobre lienzo de M. de la Cueva


En todas las entradas que he podido localizar en internet, se da como lugar de nacimiento de la pintora, Granada. Sin embargo, he tenido la suerte de localizar alguna documentación en el Archivo Histórico Diocesano de Guadix, donde trabajo: la partida de bautismo de la pintora contenida en el Libro de Bautismos nº 3 de la Parroquia Mayor (Sagrario), que trascribo seguidamente con ortografía actualizada para su mejor comprensión: 

"En veinticuatro de febrero de mil seiscientos veinte y tres años bautizó el Canónigo don Juan de Soto a Mariana hija de don Pedro de la Cueva y y doña Juana María. Recibió el agua del bautismo en su casa porque estuvo mala, echole el agua su abuelo don Pedro de la Cueva, clérigo presbítero y tuvola su comadre y el dicho don Pedro de la Cueva fue su compadre. 

Según la partida, el 24 del presente mes de febrero de este año harían 398 años del nacimiento de esta accitana insigne que fue bautizada con prisa por estar en peligro de muerte. Mariana era hija de dos familias linajudas y poderosas de Guadix, descendiente de  las familias "de la Cueva" , "Benavides" y "Barradas" que vinieron a poblar Guadix en tiempos de la reconquista de la ciudad por los Reyes Católicos, y que obtuvieron mercedes por su colaboración en la guerra. 

También en este archivo, he podido localizar el expediente matrimonial de sus padres: don Pedro de la Cueva y doña Juana María de Barradas, que contrajeron matrimonio en 1622 en la iglesia parroquial de Santiago de Guadix. Esto me lleva a pensar que Mariana era la primogénita del matrimonio, pues la fecha que data el expediente es 7 de marzo de 1622, con lo que la niña vendría en seguida. En la parte inferior del expediente podemos ver la firma de su madre doña Juana. Los abuelos de Mariana eran: paternos, don Pedro de la Cueva y Mariana de Carvajal; maternos, don Francisco de Barradas y Catalina de Villarroel, señores de Cortes y Graena, por tanto, sobrina-biznieta del Maestre de Campo don Lope de Figueroa y Barradas. Otro dato que se infiere del expediente es que su madre, en ese momento estaba depositada en el Monasterio del Sr. Santiago de Guadix, gobernado por la Abadesa doña Beatriz de Benavides. Esto no significa que fuera monja profesa. El convento, fue fundado por el Cardenal don Gaspar Dávalos, también de la familia "De la Cueva". 


Primera pág. del Exp. Matrimonial de los padres de Mariana de la Cueva



La pintora contrajo Matrimonio en Granada el 23 de julio de 1639, a la edad de 16 años, con don Pedro Ostos de Zayas, Caballero de la Orden de Calatrava, en la Parroquia de San Pedro y San Pablo. Cuando se casó, residía, al igual que su madre, en el convento de Santiago de Guadix, según declara la contrayente en el expediente matrimonial. Don Pedro era hijo de don Cristóbal Ostos de Zayas y de doña Marcela de Torres Arias, y descendiente de un linaje de Écija (Sevilla).

Primera página del exp. matrimonial de Mariana de la Cueva y Barradas


También en el Archivo Diocesano he encontrado un pleito de doña Mariana de 1688, siendo ya viuda de don Pedro Ostos de Zayas, residente en Granada. En él Mariana pleitea con don  D. Diego Pérez Merino, subdiácono, sobre la administración y cuentas de los cortijos de Sillar la Baja y Monforte. Mariana en esa fecha tendría 65 años, por lo que habría que buscar su partida de fallecimiento posteriormente. En el pleito consta la firma de la pintora: Doña Mariana Polonia de la Cueva y Benavides.

Firma y rúbrica de doña Mariana de la Cueva y Barradas



También he podido localizar en la parroquia de San Gil, libro 8 de entierros de Granada la partida de doña Mariana de la Cueva y Barradas que transcribo seguidamente: 

"Doña Mariana de la Cueva, de esta parroquia, viuda de don Pedro de Ostos y Zayas, Caballero del hábito de Calatrava. Murió en esta parroquia del Sr. San Gil, en dieciséis de septiembre de mil seiscientos ochenta y ocho años = dio poder para testar a don Luis Fernández de Saavedra, receptor en esta corte ante José de Rojas escribano el número en trece de septiembre de dicho año. Se mandó enterrar en las monjas del Carmen Calzadas de esta parroquia donde se llevó a enterrar. Nombró por sus albaceas a D. Antonio Teruel y a D. Luis Giral. Mandó se cumplieran por su alma cuatrocientas misas. "

Con esta partida, ya sabemos que la pintora Mariana de la Cueva murió a los 65 años de edad y está enterrada en Las monjas del Carmen Calzadas, en Granada. He pedido el testamento al Archivo de protocolos notariales de Granada, espero que haya suerte y podamos tener más datos de esta ilustre señora. 





He contactado con el Servicio de documentación del Museo del Prado para aportar toda esta información que contribuya a  enriquecer la biografía de esta pintora accitana, silenciada por el tiempo y la sociedad de la época.

lunes, 16 de noviembre de 2020

Los Peláez de Acuña de Gor, capitanes de los tercios, por CARMEN HERNÁNDEZ MONTALBÁN.

 


Los que estamos entre legajos antiguos, raro es el día que no nos topamos con sorpresas. En este caso se trata de otra sorpresa familiar:

Catalogando los expedientes matrimoniales de la villa de Gor en el Archivo Histórico Diocesano de Guadix, donde trabajo, me encontré que en uno de ellos constaba un tal Capitán Pedro Peláez de Acuña. El expediente era de su hijo, también llamado don Pedro Peláez de Acuña, que casaba con doña María Vela. Mi cuarta abuela: Valeria Luisa Martínez Peláez, esposa de mi cuarto abuelo, Manuel Montalbán Gómez, era de Gor. Así que, picada por la curiosidad, comencé a buscar los antepasados de Valeria y descubrí con sorpresa que descendía de este Capitán Pedro Peláez de Acuña. Seguidamente dejo la partida de Valeria y un fragmento del expediente matrimonial de Pedro Peláez de Acuña: 

Partida de bautismo de Valeria Luisa Martínez Peláez

Partida de Bautismo de Valeria Luisa Martínez Peláez




Expediente matrimonial de don Pedro Peláez de Acuña y María Vela


Trascripción de un fragmento del expediente de arriba con ortografía actualizada: 


"[Al margen] Gor año de 1645 Don Pedro Peláez mozo soltero con Doña María Vela doncella.


En la ciudad de Guadix a veinte días del mes de abril de mil seiscientos cuarenta y cinco [...] Don Andrés Ladrón de Guevara Provisor y Vicario general de esta ciudad por su Ilustrísima el Señor don Francisco Pérez Roy, mi señor Obispo de dicho Obispado [...] pareció don Pedro Peláez mozo soltero, hijo del Capitán Pedro Peláez y de Barbula de Ortega vecinos de la Villa de Gor. Y dijo que para servir a Dios Ntro. Sr. y con su gracia y bendición está tratado y concertado [...] de casar y velar como lo manda la Santa Madre Iglesia con Doña María Vela doncella hija de Pedro Ruiz y de Ana Vela..."


Posteriormente, siguiendo la línea Peláez desde mi 4ª abuela Valeria, encontré la partida de bautismo del nieto de Pedro Peláez de Acuña, el del expediente anterior, Critóbal Peláez de Acuña y Arroyo, en la que decía textualmente que este niño había nacido en Milán. En seguida pensé que tenía sangre italiana e hice una búsqueda en Internet por si aparecía algún Peláez de Acuña y me encontré una nota en la revista hidalguía que os muestro y traduzco a continuación.






"En la parte delantera de la bitácora, en Piazzetta Monserrato, estaba colocado este otro epígrafe: LA PIETA DEL EDIFICIO ESPAÑOL ALEXANDRINA CONSERVA En el Museo Cívico de Alessandria, en la actual Biblio- Santuario municipal, está amurallado, junto con otros epígrafes de edificios desaparecidos, una placa aún no publicada al Maestro de Campo Don Cristòbal Peláez de Acuña, castellano de Tortona, que juntos en 1697 con su esposa Doña Lucia Sanguessa, construyó una iglesia en Alejandría «por la gloria de Dios y su conveniencia hogar".

Beata Vergine di Monserrato las lápidas todavía están presentes. ¡No es posible establecer en qué iglesia fue construida! Peláez de Acuña en Alejandría en 1697. porque es casi ciertamente de un edificio desaparecido como lo demuestra la presencia de la placa en el mencionado Museo Cívico, conservado con otros restos documentos epigráficos de edificios destruidos…"




¿Tendría parentesco este Cristóbal Peláez de Acuña con el Capitán Pedro Peláez de Acuña de Gor? -me pregunté. Comencé a buscar documentación en el Archivo y me aparecieron dos pleitos en nuestra base de datos que fotografié para estudiar en casa: 

1º Pleito entre Dª Manuela de Arroyo, mujer de D. Juan Peláez, residente en Tortona (Milán) , y el presbítero D. Manuel del Rosal, vecino de Fiñana, para que le entregue cierta cantidad de reales que su marido le hizo llegar por medio de D. Fco Ronquillo (1701). 

2º D. Torcuato Sebastián Núñez, cura del Sagrario de Guadix, contra los herederos de D. Juan Peláez, vecino de Gor, para que le paguen los derechos de entierro y misas por haber muerto en la jurisdicción de su parroquia.

Supe Entonces que Dº Juan Peláez, esposo de Dª Manuela de Arroyo, mis antepasados, había estado en Tortona y había dado cierta cantidad de reales al presbítero D. Francisco Ronquillo para que se los entregara a su esposa, según el primer pleito. Por medio del segundo pleito supe el año en que murió Juan y encontré su partida de defunción, en la que decía que este había hecho testamento ante el escribano del número de Guadix, Juan Macías. Solicitado el testamento al Archivo Histórico Municipal y de Protocolos Notariales de Guadix, su archivera, mi amiga y compañera Mónica García Aranda, me envió el mismo día el documento y, en él, ¡bingo! Juan Peláez de Acuña citaba a Cristóbal Peláez de Acuña, gobernador de la plaza de Tortona, en Milán. Os muestro un fragmento de dicho testamento con su trascripción correspondiente:



"... conste como el caudal que yo traje a dicho matrimonio que fue dicha casa principal que está en la Plaza de dicha villa de Gor y más de doce mil ducados que heredé de Don Cristóbal Peláez de Acuña, hermano de mi padre que fue Gobernador de la Plaza de Tortona, estado de Milán, después de otros grandes empleos que su Majestad le hizo por sus servicios cuya herencia trajimos de la dicha plaza yo y dicha mi esposa por estar en ella el tiempo de su fallecimiento..." (líneas 7-14).

Con esto quedaba demostrado el parentesco del gobernador con los Peláez de Acuña de mi línea....

El paso siguiente fue pedir a los archivos de las chancillerías si existían expedientes de hidalguía de estos Peláez de Acuña de Gor, que respondieron negativamente. En el Archivo de Simancas, sí encontré un expediente con el nombramiento de don Cristóbal Peláez de Acuña, en el que tomaba posesión del cargo de Gobernador. En dicho expediente, viene una larga relación en latín de los méritos militares del hermano de mi antepasado que con ayuda de un amigo he podido traducir. Comparto con vosotros un fragmento traducido:


"Carlos II [...] Reconocemos y hacemos notar por la presente el valor insigne y la máxima virtud contrastada sobre toda evidencia, tanto en el cerco de ciudades y castillos como en la defensa de nuestros reinos que ha sido notabilísimo como ornato de nuestros ejércitos en Valencia del Poo y en la ciudad de Berna y en Verceli, se ha destacado también en los conflictos con los ejércitos franceses en las irrupciones hechas por nuestros soldados en Berna y Mónaco, donde su ejército recupera Tortona en el año 1645, cuyo extremo esfuerzo fue la admiración de todos los oficiales y generales..."


Se me ocurrió que, tal vez, en el Archivo del Estado de Milán podría encontrarse alguna documentación acerca de este personaje y les escribí. La respuesta, en este caso fue afirmativa y me enviaron un expediente de juramento del cargo en el que decía que Cristóbal había sido Teniente de Maestre de Campo de la infantería del Tercio de Lombardía. Comparto un fragmento del Juramento:



Sobre la identidad de Cristóbal he podido averiguar todo eso. Aun me queda mucho por saber sobre el origen del Capitán Pedro Peláez de Acuña. Sí que he descubierto cómo el nombre de Pedro Peláez de Acuña, hermano de Cristóbal, aparecen en unas cartas escritas del Señor de Gor, don Diego de Castilla, en las que se habla del embarazo de una criada llamada Felipa y cómo esta también había servido en casa de don Pedro Peláez y había robado alguna cosa.


Así mismo, en un foro de los pueblos, se habla de los Señores  de Gor y se cuenta como doña Juana Peláez de Acuña, que debió ser hermana de don Pedro Peláez de Acuña, hijos del capitán, había tenido una hija extramatrimonial de don Diego de Castilla llamada Manuela. Seguidamente comparto una imagen de la partida que encontré y su trascripción: 



"En siete días del mes de enero de mil y seiscientos treinta y seis años, yo el Licenciado Esteban García de la Puerta [... ] cura de la iglesia de esta villa de Gor, bauticé a Manuela, hija del Sr. Don Diego de Castilla señor de esta villa y de Doña Juana Peláez de Acuña. fue su compadre Don José de Sandoval y Castilla vecino de esta dicha Villa y lo firmé..."


Otro hallazgo que enriquece el conocimiento de la historia y de mis raíces.